Uso de la inteligencia artificial en el sector salud en la UE y España
La salud es uno de los sectores donde se espera mayor contribución de la inteligencia artificial. En el ámbito clínico, los desarrollos buscan ser herramientas de apoyo que no resten autonomía a las personas. La Oficina C (Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados) ha elaborado un informe sobre inteligencia artificial y salud que se circunscribe a la Unión Europea y España. Te presentamos las consideraciones más importantes de este documento.
La Unión Europea ha replanteado el concepto de inteligencia artificial y le ha dado un nuevo objetivo que abarca varios campos, una especie de terreno común donde se puedan desarrollar regulaciones generales que la supervisen. “El objetivo de la IA es realizar recomendaciones o tomar decisiones específicas que pueden influir directamente en el entorno con el que interactúa. Su definición incluye la mayoría de las subdisciplinas: desde las estrategias estadísticas, a la codificación lógica del conocimiento, y hasta la más disruptiva hoy en día, el aprendizaje automático o machine learnimg”
Qué se espera de la IA en salud
La inteligencia artificial debe producir un salto cualitativo en el cuidado de la salud, sus desarrollos han de enfocarse en reducir la variabilidad de la asistencia sanitaria entre regiones y países y mejorar la capacidad de anticipación y preparación ante emergencias. Sin embargo, su implementación a gran escala requiere la colaboración entre hospitales, investigadores, la industria sanitaria en general y estamentos de regulación y evaluación.
La Comisión Europea ha resaltado que “es imprescindible la disponibilidad de datos de calidad e interoperables para desarrollar ciertas aplicaciones de IA” Según este informe, el valor de los datos sanitarios se estima en 25 a 30 billones de euros cada año.
El potencial de la IA en salud
Entre sus beneficios, puede reducir el coste de algunos procedimientos a la vez que se aumenta su eficiencia. En un informe del año 2017 se consideró que incorporar IA ante enfermedades en auge (concretamente obesidad infantil, cáncer de mama y demencia) podía suponer un ahorro anual en Europa de 17.200 millones de euros. Además, un cierto grado de automatización ahorra tiempo, lo que permitiría al personal sanitario dedicar más tiempo de calidad a sus pacientes.
Según una encuesta a nivel europeo, su actual desarrollo está centrado en herramientas para el diagnóstico (21 % del total), de autocuidado, prevención temprana y monitoreo (14 %), o que funcionan como sistemas de apoyo a la decisión clínica (18 %). Pero su uso potencial y, por tanto, donde se concentra la investigación, cubre más aspectos: puede lograr importantes avances en investigación biomédica y clínica 17,48% y en enfermedades raras 10,49%, servir de apoyo durante intervenciones quirúrgicas en tiempo real 50%, predecir con antelación el desenlace clínico de un paciente 51,52%, o agilizar la gestión de actividades logísticas y administrativas 5%
La inteligencia artificial en salud puede ayudar a promover prácticas de autocuidado y prevención, pues es capaz de examinar a una gran cantidad de pacientes a un coste muy bajo, esto supone, por ejemplo, una ayuda en la detección de condiciones cardíacas o cáncer. Además, la digitalización de la salud implica la incorporación de asistentes digitales que pueden ser manejados por los pacientes, ayudarlos a monitorear su condición en tiempo real y comunicarse rápidamente con su hospital y médico de confianza.
Retos de la IA en salud
La fiabilidad y la confianza son indispensables para que las personas e instituciones desplieguen y utilicen sistemas con inteligencia artificial. Según estudios recientes, la actitud de la sociedad hacia la llegada de la IA en el ámbito clínico es en general positiva, pero también señalan que existen distintas inquietudes y se prefiere una supervisión humana frente al automatismo total. Las herramientas usadas para predicción clínica deben ser supervisadas por humanos. Así como ayudan a detectar cosas que un profesional cansado puede pasar por alto, la excesiva confianza en sistemas automatizados puede derivar en la toma de decisiones inapropiadas.
Entender los idiomas que usa la población. Aproximadamente el 40 % del trabajo en IA utiliza el lenguaje humano como base, y muchas de las aplicaciones en el ámbito sanitario podrían utilizar la información contenida en las historias clínicas digitales. Sin embargo, el 80% de estos datos se encuentra en formatos de texto no estructurados que no pueden analizarse fácilmente.
Para que estos datos se transformen en información útil, se necesitan recursos lingüísticos específicos del ámbito de la salud, y en los idiomas de la población objetivo. Aunque el español es la segunda lengua más hablada del mundo y alcanza un quinto puesto en número de publicaciones científicas, el inglés sigue siendo dominante en los desarrollos más técnicos.
Interoperabilidad. La posibilidad de intercambiar y utilizar datos de distintas fuentes de forma sencilla y automática entre entidades sanitarias, es fundamental para acelerar la implementación de inteligencia artificial en salud. De acuerdo con Oficina C: “En España y Europa, el uso de la información médica de IA se ha visto dificultado por una interoperabilidad desigual y por la fragmentación regional. En los últimos años, la comunidad sanitaria e investigadora ha buscado reducir la heterogeneidad de la información mediante la estandarización del conocimiento en terminologías clínicas, y alineando los formatos y la información contenida en las historias clínicas digitales”.
Qué pasa en España
En España, la actual estrategia de salud digital incluye el objetivo de disponer de una información de calidad interoperable, a nivel nacional e internacional. Con la participación de la Oficina del Dato se establece la creación de un Espacio Nacional de Datos de Salud para la generación de conocimiento científico.
La IA tiene el potencial de contribuir a mejorar la salud en las sociedades del futuro, pero no todos los países están apostando de la misma manera por ella. Según el AI Índex que evalúa el desarrollo de esta tecnología en todos los sectores en un contexto internacional, son EE. UU., China y Reino Unido quienes dominan las colaboraciones internacionales. En Europa existe un gran impulso en Francia, que fundó de 2013 a 2021 242 empresas que usaban IA. Por su parte, España lideró en el año 2021 el ranking de menciones de IA en desarrollos legislativos de entre todos los países de la Unión Europea.
Uno de los desafíos sociales de España se basa en las predicciones demográficas oficiales. Se estima que la población mayor de 64 años aumentará hasta 5 millones para 2035, y podría duplicarse en 2050, con el consecuente aumento en la presión asistencial asociada al envejecimiento y a las enfermedades crónicas. Las aplicaciones basadas en IA, tanto software como soportes físicos, al ser capaces de realizar tareas de forma muy eficiente, pueden contribuir a cubrir esta demanda.